J'Laine Robnolt
Jardín de escultura moderna con perales
(english version)
A mediados de septiembre, un mes en el país,
alto cielo azul con complicadas nubes,
me marché sola por la Ciudad Vieja—
sus adoquines, sus arcos barrocos, sus pasajes estrechos.
Abejas hacen vibrar los cubos de basura en el aire caliente.
Deslizándome por un hueco breñoso en la piedra,
descubro un jardín público,
erosionada escultura metálica dispersa a lo largo del sendero,
árboles doblados por las frutas.
Una cabra partida en dos husmea un trébol como un chiste malo.
El heno segado se desparrama desde su estómago ausente.
Viejas mujeres murmuran en bancos bajo los árboles,
sus perros falderos dan furtivas ojeadas desde sus bolsos de tela,
mientras chicos, a horcajadas en las ramas, cogen peras
y las dejan caer encima de una vieja manta.
Camino pasando abstracciones comunistas
para el trabajo, el pueblo, la patria.
Un tubo ocre se yergue en medio del jardín,
una "L" patas arriba como un árbol deshojado.
Hermosos jóvenes,
con piel de caqui,
fuman juntos en un banco.
Hacen gestos cuando paso,
Amerika! Yo, Amerikanische!
Beautiful. Girl. We love U.S.!
Camino más deprisa.
Uno de los chicos se deja caer como un gato del árbol.
Cogiendo un par de puñados de peras,
las ofrece a las viejas
que ríen, dándose codazos unas a otras,
enseñando sus dientes. Además, tienen árboles.
Sus jaleas han cuajado para la temporada.