Una paloma pare en una terraza
da a luz hace unos años
en 1972 para ser exactos
pero sale a relucir justo ahora
porque Betty recuerda
que es una historia que le gusta contar
la razón no es otra que
los animales son mucho más listos
para educar a sus crías
más inteligentes que los humanos con sus mimos
y sus malcrianzas y sus aferramientos
pero volvamos al comienzo
la primera vez que Betty se dio cuenta de que la
terraza se había convertido en una sala de partos
la terraza pegada al consultorio del dentista
donde las palomas parián
en las alturas de Rockefeller Plaza
que dan a la pista de patinaje
adonde le encantaba mirar a Betty
desde el sillón del consultorio
y ella amaba al dentista
su marido
un hombre brillante
un genio indiscutible
y no digas que no
porque a lo mejor se pone seria
y se enfada
y la conversación
puede acabar de mala manera
lo que verdaderamente sería una pena
así que digamos simplemente
que su marido era brillante
y dejémoslo ahí
Betty trabajó en su consultorio
como recepcionista
durante 27 años
controlando todo lo que pasaba
por eso ella estaba allí esa mañana cuando
encontró a la madre paloma con sus huevos
y pudo protegerlos
del hombre de mantenimiento
que quería sacar el nido
hasta que las crías pudieran volar
lo cual tardaría doce semanas
seis hasta romper las cáscaras
y seis hasta madurar las pequeñas criaturas
mientras tanto Betty
las amaría y cuidaría
y pondría agua en un platillo
todas las mañanas
pero lo que Betty quiere de verdad es un amigo
por eso ella está hablando conmigo
aquí en este bar de Brooklyn
sin ninguna esperanza de que pase algo
más allá de una conversación
que alivie el dolor de estar sola
después de irse del hogar
donde vivió 35 años
en el Upper East Side
donde todos la querían
también el portero
y los tenderos
y su marido
que falleció hace dos años
pero ahora ella está aquí en Brooklyn
a unas pocas manzanas de su sobrino
que siempre está ocupado
y ella no conoce a nadie más
en el barrio
no tiene amigos cerca con quien hablar
así que sacamos otra ronda
y me explica la esencia de los animales
y lo listos que son
la manera en que se relacionan con sus crías
y en que los echan al mundo
sin aspavientos ni celebraciones
como la madre paloma de la terraza
que tras doce semanas
vio marchar a sus crías
sin ningún problema
después de lo cual
Betty alabó el buen trabajo
de la madre
antes de que ésta partiera también
para no ser vista nunca más
y Betty echa de menos a las palomas
y echa de menos a su marido
que la quiso más de lo que ella lo quiso
y ella pagó por eso
pero no dice cómo
él la amaba y eso es todo lo que importa
pero no se confundan
el marido de Betty podía ser un cabrón
como pueden serlo todos los hombres
su primer marido era un irlandés cabrón y borracho
y el segundo
el dentista
que se murió hace dos años
era un judío cabrón y brillante
que tocaba el piano como nadie se lo puede imaginar
a menos que uno le escuchase por sí mismo
y él la quiso más de lo que ella lo quiso
y tuvieron un hijo
que vive lejos en algún sitio
y le llama por teléfono
de vez en cuando
pero no lo suficiente
no lo suficiente para un hijo
a quien ella amó y cuidó
pero eso es lo que suele pasar
cuando echas los hijos
al mundo
lo que devuelve a Betty
a la esencia de los animales
y de las palomas en la terraza
que da a la pista de patinaje
en lo alto de Rockefeller Plaza
y de cómo los animales
son mucho más listos
que los humanos
en lo que se refiere a criar a su prole
Traducido
por Enrique Zaldua
Les
Lopes hosts two shows
featuring writers of poetry and fiction: Ozzie’s Poetry Night
and Live At Ozzie’s. His poems have appeared in The Park
Slope Courier, The New Press Literary Magazine and Nomad’s
Choir. He lives in Brooklyn, New York.
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