Vengo de un pueblo castigado
a vagar por tierras extrañas.
Tres días caminaron
a la sombra de Babel
entre la niebla de su habla.
Heredo de su tiempo
el tartamudeo de sus intentos.
De mi raza
me queda el rasgo de la ausencia que me delata.
Me pides entonces que me declare
más allá de mi sangre
pero,
antes de la tormenta,
antes de las inundaciones,
antes de tu mirada,
antes de mi orfandad,
antes de aquellos fuegos,
antes de las sombras que les precedieron,
había un antes
que mi memoria pide rescate,
pero,
mi acento no puede
regresar a su canto.
He llegado tarde
las lluvias han pasado,
los ríos han vuelto a su cauce,
las ciudades se levantan en el horizonte,
y se me prohibe la entrada
Aquí, a sus puertas
espero
la resurreción de mi recuerdo
en un yo que era
Y me pides entonces
que renuncie
a mis nombres,
a mi sangre,
a mi heredad
y que me disfrace con tu voz
y me declare más allá
en este idioma
fuera de mis entrañas
mi raza sigue en busca de la lengua
perdida antes
de la infancia.
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