Sarah Kennedy
La mañana con un té
(english version)
Naturaleza muerta, quiero decir: el pino amarillo, azul
copa del sauce, barra de pan rota, mi propia
mano, levantada, pero apurada, de mala gana romper
el marco. Sentada en la cocina sin camisa,
no puedo recordar cuánto tiempo pasó—horas?
días?—desde que me senté en la bañera mientras el agua
corría fría. El gozne roto, las manos grandes
de un hombre, los dedos clavados en mis brazos, levantar
levantar, como si no fuera nada. Algo
se quiebra detrás de mí, pero no me doy la vuelta. Veo
un cuerpo de mujer arrojado contra una pared.
El cuerpo de mujer choca y rompe la puerta.
(Chasquido.) Se sienta, la cabeza entre sus piernas,
las puntas de sus cabellos
dejan rastros de círculos mojados. El esposo la arrastra
goteando a la cama. La sacude, no ha pasado
nada. Se echa inmóvil (chasquido),
el fuerza con la puerta para abrirla. Mi hijo
grita, no pudo haberte pegado. Si mi
hijo te hubiera golpeado, estarías muerta. Pero está ella
aún viva, aunque despierta difícilmente al alba, alguien
golpea la puerta, es Bridget, preparada para llevarla en
coche,
encontrar la mujer en la cama (chasquido), y es
el cuerpo que visto, es Bridget diciendo sólo quedan un
par de fotos. ¿He estado sentada toda la mañana, esperando
con mi mano sobre la taza de china,
pero mi mano se cierra y todavía se niega a meter
la bolsa de té, como si aguantara la respiración? Sostenlo
dice Bridget, una vez más, y mantego ahí
hasta que, finalmente, me tuerce el codo y tiro
las hojas. Me choca: de repente, lloriqueo,
me aflijo por esta pérdida mínima—mis dedos vacíos,
la cuerda
oscura se suelta y contrasta con la porcelana blanca,
el té se pierde, remojado (algo muy común),
tan fácil sangra bajo la piel del agua.
Traducido por Marta López-Luaces